Llega Septiembre y de inmediato se viene a mi cabeza la idea de pasar unas ricas fiestas patrias acompañada de la primavera que se avecina. Creo no ser la única persona que piensa en lo mismo con el arribo de este mes y si existe algo que une a los chilenos, es este extraño y repentino amor a la patria. Y es que Septiembre es el mes de Chile, esa época del año donde las personas se ponen más felices y junto con el florecer de la primavera aparecen sentimientos que antes no asomaban.Se respira ambiente de chilenidad, comienzan a sonar las cuecas que parecían haberse quedado enterradas en la tierra de los grandes campos que se olvidan con el ruido de la ciudad... la bandera de Chile hace su aparición luego de estar por meses guardada en un escondido lugar.
Fondas, empanadas y volantines son algunos de los elementos típicos que no pueden faltar en esta fecha, y la atención de los chilenos parece concentrarse en nada más que en ello y por lo demás, los símbolos patrios vuelven a ser recordados. Hay quienes deciden irse fuera de la ciudad a renovar el aire que respiran, mientras otros, que parecen no tener remedio, prefieren continuar en lo mismo.
Se trata de una fecha que une e identifica a los chilenos. Los hace más huasos y campestres que nunca, ya que durante todo su año parecen haber olvidado de donde provenien.
En fin, este es el 18 de Septiembre. Una fecha que refresca la memoria de todos los chilenos.
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